lunes, 30 de enero de 2012

6. Vivencias de xīn líng 心灵

A Xīn líng le llegan las alarmas desde varios puntos de su cerebro. Hace días que no ve a Shuǐ compañera de pupitre y confidencias. Pero mejor retrocedamos dos meses en el tiempo.
Shuǐ se asemeja a un mar en calma. Sus movimientos son como suaves olas que cuando intentan acercarse a la orilla son incapaces de hacerlo y se retiran desconsoladas. Su ingravidez no evitó que tropezara y cayera ante la mirada atónica de Xīn líng, incapaz de desviarla de su piel cubierta de cardenales.
De camino a casa, el cerebro de Xīn líng se equipara a un terreno de pendientes escarpadas. Como un vendaval, corre a uno de sus rincones favoritos.  Cierra los ojos y comienza a deslizarse por un río de sensaciones. Con delicadeza, acaricia palabras que tiemblan con tan sólo rozarlas. Y, como si la ternura estuviera provocando un efecto de bola de nieve, se suceden las palabras dando origen a otras, y éstas a otras nuevas, hasta conseguir las deseadas.
Al día siguiente, Xīn líng, junto a su madre, se dirige a las dependencias de la policía para poner una denuncia.

Shuǐ (水) significa “agua”

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