jueves, 23 de febrero de 2012

19. Vivencias de xīn líng 心灵

Para Xīn líng la jornada había sido excitante. A las emociones les salieron alas y se aliaron con el cielo provocando un estallido de sorpresas, colores, y sensaciones. El mundo mudó de inmediato ante sus ojos; como si en su afán por agradar se hubiera vestido con lo más selecto y exclusivo de su armario. La escuela decidió llevar a los alumnos al museo.

A Xīn líng le estremece todavía el rumor persistente del sobresalto. Su interior titila como lo hace el remanso de un río al que seducen con el reflejo de un bello rostro. La delicadeza de una pincelada, o el arte sinuoso de la escultura, así como las palabras tan bellamente expresadas de un libro, le producen una agitación desconocida, como si un abanico de nubes, en su balanceo, hubiera insuflado al cosmos de un  aire nuevo y desconocido.

Cierra los ojos y escucha a los lejos entonar una flauta. Se trata de Euterpe, la musa de la música, que la transporta de inmediato al interior de su cerebro. Las palabras, estimuladas por las musas, surgen por ensalmo, por el efecto protector e inspirador de su reclamo:

El arte nos abre la mente y nos sobrecoge emocionalmente haciéndonos más sensibles al mundo.

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