jueves, 22 de marzo de 2012

23. Vivencias de xīn líng 心灵

Si al ruido del mundo le bajo el volumen, percibo con nitidez el suave murmullo de los árboles en su danza con el viento. Escucho el gemido de la hierba recién bautizada por el sol. Si presto más atención, oigo el aleteo del insecto libando néctar. Y percibo, digo, los sonidos trémolos y contenidos que, envueltos en aliento cálido, emanan de los labios de Xīn líng y Shuì, absortas y entregadas a un sinfín de confidencias.
Caminan acompañadas del resurgir de aromas primaverales, sin intuir siquiera la cercanía de un mar festivo, como de verbena, que se aproxima enarbolando espuma entre baile y baile.
Elevo el volumen del ruido, y acuden de golpe los timbales acompañando el desfile. De parte a parte asoman lienzos ribeteados de rojo y negro, entre franjas de reflejos irisados
Xīn líng y Shuì contemplan extasiadas lo que son incapaces de entender.
A través de la ventana, Xīn líng contempla el cielo, que agradecido,  aparta las mullidas sombras de las nubes. Cierra los ojos y se sumerge con delicadeza en el cerebro. Las palabras, contagiadas del ambiente festivo, inician un tímido acorde, expresando, “in crescendo”, como si lo hicieran sobre un pentagrama, fragmentos de un discurso musical, con silencios, compases, claves y figuras:
Cuando muchos se ponen de acuerdo para decir al mundo lo que quieren, brota una energía tan grande que el viento no escatima medios para propagarla.

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