En este episodio, último
por cierto de un periplo desconcertante de vivencias. En esta vivencia, digo, Xīn líng y su autora se entremezclan sorteando peripecias en una
suerte de juegos malabares, dejándose guiar por un cerebro peregrino, como si Xīn líng o Huì fang, su creadora, formaran parte del mismo entramado
emocional y se susurraran mutuamente sus delirios
Con la emoción vibrando en
un preludio en do mayor sostenido y la sensación de encontrarse sumergida en un
mundo de ensueño, Xin ling o su ente de razón, prepara un viaje largamente
codiciado.
Recorriendo el cosmos de
una imaginación desbordante, y haciendo acopio de una extravagancia e
ignorancia supinas, Huì fang indaga los misterios de templos milenarios, ciudades
prohibidas y grutas ancestrales, mientras que Xīn líng se encapricha con los laberintos
sagrados y mágicos de unos jardines de fábula
Tras las
bambalinas de sus sueños, cada una se supedita a la otra en una simbiosis
natural y perfecta, protegiéndose y beneficiándose de injerencias externas.
Septiembre se
encuentra a millones de kilómetros de distancia.